miércoles, 16 de mayo de 2012

HILDA DE POLARIS



Hilda era la representante en la Tierra de Odín el Dios de Asgard, un reino situado en el extremo norte de Europa, el cual estaba cubierto de nieve todo el año. Su cometido era rogar a Odín para que siguiera helando los polos Norte y Sur y así mantener el equilibrio en la Tierra, que ella cumplía todos los días.

Hisroria:
Hilda salvó a Thor de morir a manos de los soldados de su palacio y le pidió perdón por no poder ayudar a todo su pueblo. Hilda le pide a su hermana Flare que no atormente a Hagen después de que este les jura que las protegería. 
Hilda le dice a Alberich que debe poner su inteligencia al servicio de Asgard y no usarla en su interés personal, o que se vería obligada a expulsarle del palacio.
Un día el espíritu de Poseidón intento persuadirla para que entrará en una guerra contra el Santuario para controlar la Tierra, a lo que Hilda se niega. Entonces Poseidón le obliga a llevar a la fuerza el Anillo de los Nibelungos. Hilda, ya portando el anillo, pide a su estrella protectora, Polaris, la aparición de los mantos divinos pertenecientes a los guerreros divinos de Asgard, los cuales estaban cada uno bajo la protección de una de las estrellas de la constelación de la Osa Mayor. Hilda se presenta delante de Fenrir y para su sorpresa los lobos se tumban ante ella.
Hilda le dice que es uno de los elegidos para ser guerrero divino y Fenrir se pone a sus ordenes. Después se presentan ante ella todos los guerreros divinos junto al altar de Odín. Hilda le dice a Bud de Alcor que debía ocultarse siempre del resto de guerreros divinos para que no conociesen su presencia tal y que debía proteger a Syd de Mizar. Hilda le dijo que si Syd moría, entonces el sería el único guerrero divino de Zeta.
Cuando Hilda ve la reacción de su hermana le dice a Thor que la encierre en los calabozos. Hilda cuando se entera de que su hermana Flare se ha escapado se pone furiosa, y Sigfried le pide que les mande a buscarla dado que es posible que haya huido junto a uno de los caballeros de Atenea. Hilda no comprende la actitud de Flare. Hilda decide que es el momento de atacar el Santuario para destruirlo y poder vivir en lugar más clemente. Hilda junto con sus guerreros divinos sale al encuentro de Atenea y Flare junto al Mar del Norte. Hilda ataca a Atenea aunque sin dañarla, y esta responde atacando a Hilda pero sus ataques chocan a mitad a de camino. Después Hilda le dice a Flare que se reúna con ella a lo que Flare se niega, lo que provoca que Hilda reniegue de ella. Hilda entonces arremete contra Atenea por poner a su hermana en contra de ella y de su pueblo, pero Atenea le dice que así solo llevara a su pueblo al infierno. Hilda se sorprende cuando Atenea se dirige junto al mar para rezar a Odín y evitar que se fundan los polos. Hilda le dice a Atenea que por muchos poderes que tenga no será capaz de frenar el proceso por más de 12 horas. Cuando Atenea comienza a emitir su cosmos Hilda pide a sus guerreros que la detengan, entonces Thor de Phecda lanza una de sus hachas contra Atenea, pero Atenea detiene el hacha con su cosmos y se la devuelve a Thor. Cuando Seiya de Pegaso, Hyoga de Cisne y Shun de Andrómeda se lanzan contra ella, los guerreros divinos intentan detenerles, pero Hilda les dice que no deben perder el tiempo en pararles, y que es preferible hacerles sufrir antes de matarles, entonces todos se retiran. Ya en el palacio Sigfried de Dubhe informa a Hilda que Thor de Phecda se está enfrentando con los caballeros de Bronce y que el combate está a su favor a pesar de que sus rivales sean 3. Posteriormente Sigfried informa a Hilda que Thor tiene problemas para vencer a los caballeros de Bronce. Hilda cree que Thor ya no le es útil y ordena a Sigfried ir a luchar contra los caballeros de bronce. Más adelante Alberich informa a Sigfried e Hilda le pregunta que es lo que pasa, pero Sigfried le dice que no ocurre nada importante, y que con estos combates pueden entrenar y ordenó que los otros Guerreros Divinos se mantuvieran en sus puestos. Más adelante Hilda aparece en el palacio dando de comer a un cuervo. Luego en compañía de Sigfried, Syd y Alberich, le pregunta a Sigfried por el paradero de su hermana Flare, que le dice que aún sigue con Atenea. El pájaro al que tenía en la jaula se intenta escapar cuando Hilda quiere calmarle, entonces Hilda lo mata con el Anillo de los Nibelungos para decir que esa será la suerte de todos los que la abandonen. Luego Hilda deja de sentir el cosmos de Hagen de Merak, no se cree que ya hayan sido derrotados 3 guerreros divinos. Sigfried le dice que sus enemigos tampoco están bien. Hilda cree que los esfuerzos de Atenea serán en vano. Entonces Hilda escucha desde el mar la voz de Poseidón que le dice que tiene la victoria asegurada y no tiene que preocuparse. Hilda sabe que Shun de Andrómeda ahora es el único caballero que no ha sufrido daños, pero confía en que Mime de Benetnasch se deshaga de él. Posteriormente Hilda sigue sin creer que Hagen fuera derrotado y piensa que los que no sean capaces de servirla no merecen otro final. Hilda coge una rosa de un rosal y se clava una espina y del enfado pulveriza la rosa. Hilda se impacienta porque Mime no consigue vencer a Shun, Sigfried le dice que Mime es el hijo de Folken, que fue el más fuerte guerrero de Asgard en su epoca, y que sus técnicas son superiores a las de su padre. Hilda lo acepta y piensa que Mime debe divertirse un poco con rivales de su talla. Hilda interrumpe una conversación entre Sigfried, Syd y Alberich, y le pregunta a Sigfried si Mime a perdido su combate, y este le dice que si. Alberich le dice a Hilda que cree ser capaz de vencer a los caballeros de bronce y que tiene un plan infalible para matarlos el mismo. Hilda le autoriza a proceder. Más adelante Hilda se alegra de que Alberich este derrotando a los caballeros el solo. Pero cuando se entera de su muerte se enfurece, Syd le dice que el se encargará de matarles uno por uno. Hilda le deja proceder pero espera que no sea una fanfarronada. Hilda siente que uno de los caballeros ha entrado en el palacio, pero Sigfried le dice que Syd le detendrá. Después Hilda informa a Sigfried de la existencia de un guerrero divino de Alcor, la estrella protectora de Zeta. Le dice que el mejor medio para engañar a los enemigos es empezar por engañar a los amigos. Hilda dice que mientras uno de los 2 gane la batalla le da igual quien lo haga. Hilda le cuenta a Sigfried que Syd tiene un hermano gemelo, pero este le contesta que no es un verdadero guerrero divino. Hilda le dice que lo que importa es ganar la batalla y que todos los medios son buenos para lograrlo. Cuando Hilda se entera de que Bud la ha traicionado dice que nunca se lo perdonará y que le matará. Sigfried le dice que nunca fue digno de convertirse en guerrero divino. Hilda le pregunta a Sigfried si se compromete a defenderla pase lo que pase, a lo que Sigfried responde que si. Hilda le dice a Sigfried que merece ser reconocido como el mejor guerrero de Asgard y que gracias a él se han deshecho de los caballeros de bronce. Pero cuando Sigfried se asombra de que Seiya tenga fuerzas para seguir luchando Hilda le dice que porque duda y que debe acabar con los caballeros cuanto antes. Hilda no sabe a que espera Sigfried para rematar a los caballeros. Hilda sabe que pronto se pondrá el sol y que ya no podrán salvar a Atenea. Alguien llega al palacio y le dice a Hilda que no debería subestimar a los caballeros de bronce. Hilda pregunta quien es, y este le dice que es un siervo de quién le ha dado el Anillo de los Nibelungos. Hilda aparece junto a la colina situada al lado de la estatua de Odín para decirle a Sigfried que acabe con Seiya. Al ver que Sigfried no reacciona Hilda decide atacar ella misma a Seiya pero Sigfried para el ataque con una mano y le dice que no debe mezclarse en el combate. Sigfried le dice que quiere saber si los Caballeros de Bronce realmente luchan por la justicia como dicen. Después Hilda presencia como Seiya consigue derribar a Sigfried con el Cometa de Pegaso. Entonces comienza a sonar una extraña música y aparece Sorrento de Sirena que le dice a Hilda que no debió subestimar a los Caballeros de Bronce. Sorrento explica todo lo relativo a Poseidón y al Anillo de los Nibelungos. Hilda le dice a Sigfried que deje que Sorrento acabe el trabajo. Sigfried decide arrancarse su zafiro de Odín de la cintura y dárselo a Seiya, e Hilda cree que le está traicionando. Sigfried se decide a atacar a Sorrento e Hilda le ordena que se vaya. Sigfried le dice a Hilda que va a desobedecerla pero que es por su propio bien. Hilda ve el combate entre Sorrento y Sigfried y finalmente como ambos van hacia el cielo por el estallido del cosmos de Sigfried. Hilda dice que Sorrento ha recibido lo que merecía y que los guerreros divinos han cumplido su misión aunque hayan muerto porque a Atenea ya no le queda tiempo. Hilda le dice a Seiya que ella misma le matará. Hilda le lanza un par de bolas de energía a Seiya al que derriba. Seiya se levanta pero Hilda le vuelve a derribar de nuevo estampándole contra una columna. Después Seiya se levanta y consigue golpear a Hilda, pero después se da cuenta de que no puede matarla, porque sino nadie podrá volver a rezar a Odín para congelar los polos. Entonces Seiya se dirige hacia la estatua de Odín pero Hilda vuelve a lanzarle una bola de energía lanzándole por el acantilado. Hilda cree segura su victoria. De repente Seiya vuelve a aparecer tras escalar el acantilado para sorpresa de Hilda que le lanza otra bola de energía que bloquea Hyoga de Cisne. Después hacen lo mismo Shiryu de Dragón y Shun de Andrómeda. Hilda le tira su lanza pero está vez el que se pone por medio es Ikki de Fénix. Hilda usa el Anillo de los Nibelungos para derribar a Ikki. Hilda ve como Seiya intenta obtener la Espada Balmunga conjurando el espíritu de Odín frente a su estatua. Hilda le dice a Seiya que ni Odín puede correr el riesgo de enfrentarse a Poseidón y le derriba con el Anillo de los Nibelungos volviéndole a tirar por el acantilado. Entonces Hilda ve como los zafiros de Odín comienzan a brillar y a flotar posándose sobre la corona de la estatua de Odín. De golpe surge un terremoto y la estatua de Odín se derrumba para aparecer la armadura de Odín de las entrañas de la tierra, la cual reviste a Seiya. Hilda no se lo puede creer, pero dice que ahora debe obedecer a Poseidón. Hilda ataca a Seiya con el Anillo de los Nibelungos, pero este bloquea el ataque con la Espada Balmunga. Y cuando se Seiya se dispone a golpear a Hilda con la espada, esta le dice que qué pasará si la mata. Hilda le dice que si ella muere nadie podrá salvar a Atenea y Seiya se detiene. Hilda aprovecha la duda de Seiya para derribarle con el anillo. Seiya se levanta de nuevo y vuelve a parar los ataques del anillo para después golpear a Hilda con la Espada Balmunga. Del golpe, Seiya le rompe a Hilda su corona y el Anillo de los Nibelungos, quedando Hilda tirada en el suelo sobre un charco de sangre. Poco después Hilda se recupera y se levanta, ya siendo ella misma, para dirigirse hacia la armadura de Odín, que se había desprendido del cuerpo de Seiya, coge la Espada Blamunga y comienza a rezar a Odín para que le permita expiar los pecados cometidos, incluso arriesgando su vida para salvar a Atenea. Hilda les dice a los caballeros de bronce que vayan en busca de Atenea, el cosmos de Hilda comienza a proyectarse por todo Asgard. Hilda dice que fue capaz de resistirse al poder del Anillo de los Nibelungos y tuvo que asistir a toda la batalla sin poder hacer nada. Hilda recuerda la muerte de los que creían protegerla. Entonces las plegarias de Hilda comienzan a tener efecto y comienza a helarse de nuevo la tierra de Asgard. Hilda baja a caballo hasta llegar a la costa, donde está Atenea, Flare y los caballeros. Hilda le pide perdón a Atenea por lo que le hizo pasar a ella y a sus caballeros, y también le pide perdón a Flare. Flare se abraza a Hilda. Pero entonces se forma un remolino en el mar que arrastra a Atenea haciendo que desaparezca de allí. Más adelante ayuda junto a Flare a los caballeros de bronce a llegar al Santuario Submarino de Poseidón gracias a la ayuda de un libro que encuentran en el palacio. Finalmente aparecen ambas de nuevo después de la victoria sobre Poseidón frente al mar mirando a la constelación de la Osa Mayor.


0 comments:

Publicar un comentario